lucro de sus conciudadanos. Sólo el poder de Cristo puede convertir a un hombre con semejante oficio y transformarlo en apóstol. Al convertirse, Mateo renunció a su trabajo y costeó generosamente un gran banquete (Mateo 9:9, 10; Lucas 5:27–32). Puesto que era publicano, sabía llevar cuentas y redactar informes, lo cual lo preparó para tomar apuntes de las enseñanzas del Señor durante el ministerio de éste y componer más tarde de manera sistemática el primer evangelio. No se saben los detalles de
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